Thursday, October 05, 2006

Y después del 2 de julio...

Y después del 2 de julio... Jesús Humberto González de León.
Falta una semana para que vivamos la elección más cerrada de nuestra historia. Hoy más que nunca, cada mexicano puede sentir que su voto contará, que su voto puede decidir el rumbo. La elección la definirán los indecisos, los que elijan no desperdiciar su voto en candidatos sin esperanza como el doctor SIMI, Patricia Mercado y hasta Roberto Madrazo. También será factor determinante el grado de participación. Es muy probable que se nos vuelva a aparecer el fantasma del abstencionismo, que se alimenta de la indiferencia, la desilusión y la desconfianza del electorado hacia los políticos. Algunos se arrepentirán de no haber ido a votar. Según lo informó Vanguardia, la CTM rechaza que los patrones entreguen incentivos a obreros que voten. Quizás la CTM tenga temor de que les hagan la competencia en coaccionar el voto de sus agremiados a cambio de prebendas. El león cree que todos son de su condición. Los empresarios no están diciendo por quien debe ir a votar el trabajador. Así que esto no “enrarece el clima electoral”, ni se tomaría como “una coacción o compra de voto”. Mas bien esta medida ayuda a mejorar la participación democrática y, de paso, el bolsillo de los trabajadores. Me imagino eso es lo que mas le debería preocupar al dirigente de la CTM, Tereso Medina, quien consideró que “cada sector debe ocupar su lugar que le corresponde, en el caso de los empresarios es el de ser patrones, la productividad y competitividad.” Tereso no tiene porque encasillar a los empresarios, estos también tienen el derecho y el deber de actuar con responsabilidad social y participar en la vida política de la comunidad. No extraña esta actitud de encasillar, cuando lo hizo con el obispo, como si los miembros del clero no fueran humanos y no tuvieran derechos. Al menos ya pueden votar, aunque se les siga negando su derecho a opinar. Es cierto que este 3 de julio no habrá cambios drásticos inmediatos. Quizás algunos amanezcan con incertidumbre, otros saboreando el triunfo, y unos mas con el desaliento que ocasiona la derrota. En 6 años se podrá apreciar ya una tendencia entre el retroceso o el avance del país. Hay quienes piensan que de ganar AMLO, no pasaría nada malo porque estaría maniatado, al igual que Fox, por el congreso. No podemos asegurar que AMLO tendría en caso de ganar la misma voluntad y respeto al equilibrio de poderes que hoy frenan al Presidente. AMLO no ha demostrado tener esas cualidades. Más bien pinta que pasaría de demagogo a dictador autoritario. En televisión dijo “voy a girar instrucciones” para que se haga tal cosa, como si fuera un rey sin congreso. Obrador propone el referéndum, que es un mecanismo decisional viciado para aprobar o rechazar una propuesta, porque el que vence gana todo y el que es derrotado pierde todo. No hay negociación ni intercambio como en la democracia representativa. El juego esta en quien decide la agenda, que hay que someter a decisión y que no. El modo de plantear la misma pregunta hace que las respuestas varíen fácilmente ¡un 20%!. Esto centuplica los riesgos de manipulación, mas allá de lo que a cualquier demagogo le hayamos visto. Se viola el respeto al derecho de las minorías, lo cual es mucho más difícil en la democracia representativa. Imagínese que Obrador someta el cumplimiento de la ley a la voluntad popular, al estilo Pilatos, como cuando evadió su desafuero. En el referéndum no existe la interacción entre las personas que se influyen entre si, que opinan y que luego cambian de opinión, al escucharse. Y así ya no existe la democracia iluminada por la discusión que precede a la decisión. “La masa es mas fácil de dominar que el pequeño auditorio, esta es el arma del demagogo.” jesus50@hotmail.com

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