Thursday, October 05, 2006

Los costos ocultos.

Los costos ocultos.
La escena se vuelve común. Un hombre relativamente joven, en sus cuarentas o cincuentas se desploma victima de un infarto en alguna calle, oficina o casa de Saltillo. ¿Fatalidad del destino? ¿Predisposición genética? Vivimos atrapados entre la obesidad, una dieta poco sana, el estrés y la vida sedentaria. ¿Cuantos corazones no están enfermos, y no solo de la apatía y el desanimo, sino por falta de ejercitarlos?
La sociedad nos quedamos cruzados de brazos mientras un fumador se suicida lentamente, mientras un joven contamina sus pulmones en un antro que no tiene la ventilación que exige la ley. Deberían tener extractores de humo. A nadie nos importa, hasta que se nos enferma o se nos muere un familiar, un amigo. Esa indiferencia hacia la salud nos afecta a todos y tiene algunos costos ocultos. Pagamos mas impuestos para tratar enfermedades que pueden ser prevenidas y evitables. 1 cigarro cuesta 1 peso, cuesta 1 minuto menos de vida, una vida sin salud, sin calidad y con baja productividad. El costo y la cuota de un seguro se encarecen en caso de fumar. El ausentismo por enfermedades baja la productividad y la competitividad que tanta falta nos hacen para salir adelante.
¿Qué hacer contra la voluntad del mexicano que quiere fumar? Los índices de fumadores en México aumentan, mientras en Estados Unidos disminuyen. En otros países prohíben fumar en lugares cerrados, pero ahí si sancionan a quien lo haga. Uno se convierte en fumador pasivo obligado, agredido en su salud, atrapado entre nubes de humo tóxico de algún restaurante, un bar, edificio público y hasta incluso en una escuela. Ni modo que ya no salga uno a ningún lugar. No podemos caer en el extremo de llamar a los bomberos para que le apaguen el cigarro a un fumador. Para eso esta el poco conocido Reglamento Para La Protección de Los No Fumadores en el Estado de Coahuila que prohíbe fumar en lugares cerrados Para hacerlo cumplir se requiere una voluntad y trabajo coordinado de los responsables: la Secretaria de Salud y la policía. Añadiría a la Secretaria de Educación para promover los programas contra el tabaquismo que marca el mismo reglamento. También es responsabilidad de asociaciones de padres de familia y los dueños de los establecimientos donde se fuma. Vale la pena invertir en inspectores para sancionar con las multas que indica el reglamento y en la práctica no se aplican. Falta también una cultura de denuncia. La salud es lo más valioso. ¿Por que no dar un énfasis en invertir en la prevención de enfermedades? Sería mas barato. La solución no solo es seguir construyendo hospitales, mejorar la salud del mexicano libera recursos para otras obras sociales. El ciudadano no solo debe ser responsable de exigir a sus autoridades que fomenten y aplique leyes que protejan su salud ¿Acaso los diputados no pueden con las compañías tabacaleras? Más allá de la exigencia, la sociedad debe estar unida con el gobierno, empresas, escuelas y padres de familia para fomentar una cultura de salud, ejercicio obligatorio, el beneficio de una dieta sana y del riesgo de fumar. La salud es primero. jesus50@hotmail.com

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